adios, regatos pequenos;
adios, vista dos meus ollos:
non sei cando nos veremos.
Miña terra, miña terra,
terra donde me eu criei,
hortiña que quero tanto,
figueiriñas que prantei,
prados, ríos, arboredas,
pinares que move o vento,
paxariños piadores,
casiña do meu contento,
muíño dos castañares,
noites craras de luar,
campaniñas trimbadoras,
da igrexiña do lugar,
amoriñas das silveiras
que eu lle daba ó meu amor,
camiñiños antre o millo,
¡adios, para sempre adios!
¡Adios groria! ¡Adios contento!
¡Deixo a casa onde nacín,
deixo a aldea que conozo
por un mundo que non vin!
Deixo amigos por estraños,
deixo a veiga polo mar,
deixo, en fin, canto ben quero...
¡Quen pudera non deixar!...Mais son probe e, ¡mal pecado!,
a miña terra n'é miña,
que hastra lle dan de prestado
a beira por que camiña
ó que naceu desdichado.
Téñovos, pois, que deixar,
hortiña que tanto amei,
fogueiriña do meu lar,
arboriños que prantei,
fontiña do cabañar.
Adios, adios, que me vou,
herbiñas do camposanto,
donde meu pai se enterrou,
herbiñas que biquei tanto,
terriña que nos criou.
Adios Virxe da Asunción,
branca como un serafín;
lévovos no corazón:
Pedídelle a Dios por min,
miña Virxe da Asunción.
Xa se oien lonxe, moi lonxe,
as campanas do Pomar;
para min, ¡ai!, coitadiño,
nunca máis han de tocar.
Xa se oien lonxe, máis lonxe
Cada balada é un dolor;
voume soio, sin arrimo...
¡Miña terra, ¡adios!, ¡adios!
¡Adios tamén, queridiña!...
¡Adios por sempre quizais!...
Dígoche este adios chorando
desde a beiriña do mar.
Non me olvides, queridiña,
si morro de soidás...
tantas légoas mar adentro...
¡Miña casiña!,¡meu lar!
Hoy he tenido que empezar la entrada con Rosalía, como no podía ser de otro modo. Posiblemente me lleve horas escribir esto, porque entre que no hay mucho que contar y que el teclado americano no tiene tildes (por lo que tengo que usar los códigos) esto se hará eterno...
Hoy se cumplen tres semanas desde mi llegada a Round Hill. Aunque parezca increíble. Estoy viviendo tantas cosas que que ni siquiera soy consciente del paso del tiempo.
He vivido muchas emociones estas semanas. Sinceramente, esto es como vivir en una montaña rusa. Puedes estar abajo del todo y tardar segundos en volver arriba y viceversa. Pero la verdad es que los momentos en lo alto lo compensan todo. La verdad es que tengo millones de cosas que contar. Debería empezar por el principio y contaros mi pequeña aventura neoyorquina, pero creo que la ciudad que nunca duerme merece una entrada para ella sola, así que ha llegado el momento de contaros mis tres primeras semanas americanas.
Todo empezó en el momento en el que Ana, Raúl y yo conseguimos ubicarnos (de milagro, viva nuestro sentido de la orientación) en el aeropuerto de Dulles. Nos dirigimos a la zona de recogida de equipaje y no sé ellos, pero yo sentía que el corazón iba a salir por mi boca. Y los vi. Terry,Ben y Josh con un cartel de colorines en el que se podía leer "Welcome, Ainoa!".Lo siguiente fueron los abrazos, la foto de estudiantes españoles con sus hot families y el viaje a casa (no sin antes parar por un restaurante y mostrarme el pueblo).Al llegar a casa allí estaba Rod, que tenía que irse a trabajar. Y, tras unas horas, por fin pude conocer a Emma. Las ganas que tenía de abrazarla al fin...
Y eso fue sólo el principio. Creo que voy a tener que esquematizar mucho lo que he hecho estos días para que no lleve siglos leer este post.
He de destacar momentos como montar a caballo y el poco tiempo que me llevó enamorarme de Indy (y de Tilly también, pero a la que he montado es a Indy).
Desde el primer momento que llegué aquí mi vida ha sido de película. Porque igual aquí no todo es de color rosa, pero puedo asegurar que las películas se acercan mucho a lo que está siendo mi vida. Y he de decir que ya he cumplido muchos de los tópicos americanos.
He organizado una tea party con Emma y unas cuantas de sus amigas (que muy americano no suena, pero fue genial).
He estado dos veces en Washington DC. Suficiente para estar perdidamente enamorada de la ciuad (y del restaurante italiano al que fuimos, para qué negarlo).
En Washington...Bueno, dicen que una imagen vale más que mil palabras, así que os dejo unas cuantas imágenes para compensar la ausencia de palabras de estas semanas.
He de decir que el museo de Historia Nacional me dejó bastante tocada. Nos dio tiempo a ver la exposición de historia americana a través de la guerra y poco más. Y no voy a negar que salí de allí destrozada. Me pareció realmente interesante, pero supongo que fue demasiada destrucción para mí en un sólo día, sobre todo si le añades una visita a gran parte de los memorials que cubren el mall.
También he estado en una pool party, y no puedo olvidar mis primeras experiencias en la iglesia. No lo comentaré mucho porque como bien sabréis no soy muy partidaria de estas cosas ni una gran fan de la iglesia,sea la que sea. Pero he de decir que me pareció muy interesante a nivel cultural, y cada semana me sirve para conocer gente nueva. Y aunque no me agrade lo que dicen, siempre es mejor con un grupo de rock (rock cristiano,pero rock) de fondo.
Mi host family es... increíble. Sencillamente increíble. No me podía haber tocado una mejor. Me tratan realmente bien, y la verdad es que se hace fácil quererles.
La semana pasada tocó decir adiós (más bien hasta pronto) a Josh y Ben, que se han ido a la universidad. Lo cual me brindó la oportunidad de ver Virginia Tech y el hecho de que haya aparecido en mí un deseo por estudiar en una universidad americana que antes no existía. Paseando por el campus pude visualizarme perfectamente estudiando allí. Luego veo el precio y se me pasa. Pero ese deseo ya está ahí.
En cuanto a comida americana, que el tema da para rato, estoy tan feliz de que mi host family coma sano... Y, por supuesto, Ben y Josh no tardaron en introducirme en la comida popular por aquí haciéndome probar un sandwich de crema de cacahuete y mermelada y escandalizándose cuando les dije que nunca había probado un Smore. Obviamente, no tardaron en ponerle solución improvisando una "hoguera" doméstica con los hornillos de la cocina. También me llevaron a probar los Slurpees y un *introduzca aquí algo como un helado de nata cubierto de chocolate con leche con un oso polar en el envoltorio del que no recuerdo la marca*.
(Por cierto, creo que podría morir de felicidad con los millones de sabores de Oreo que hay por estos lares.)
También he hecho hiking con Emma y Josh por el Appalachian Trail, unas vistas increíbles de las que ya veréis fotos.
El resto de días me he dedicado a conocer gente, disfrutar de las vacaciones y varios millones de cosas de las que sólo dejaré constancia en mi memoria (y en mi diario,en el que llevo como 9 días de retraso,por cierto).
Ahhh, hoy he tenido la orientación en el instituto. Decir que estaba aterrorizada es quedarse corta, pero la verdad es que la he disfrutado mucho y estoy deseando que llegue el martes y empezar las clases. ¡Tengo un schedule realmente interesante este curso! )Os lo mostraré cuando cambie alguna cosa, que me da que toca hacer algún cambio por la convalidación. Ya os contaré.
No tengo mucho más que decir por hoy, pero prometo volver pronto.No digo cuándo, pero pronto.
Biquiños.
Uno de los días que fuimos a comer fuera.